Los orígenes de lo que hoy es el municipio de Casas Ibáñez se remontan a los asentamientos del paraje Hoya Gualí en la Edad de Bronce. También podemos hallar algunos vestigios en el término de Abengibre que dan fe de los asentamientos de la época ibérica en la zona. Y bajo el dominio romano estas tierras se incluyen dentro de la Hispania Citerior.


En la época árabe la zona de Casas Ibáñez se encontraba escasamente poblada.


Siglos más tarde, la reconquista la llevó a cabo Alfonso VIII en el año 1211.


A finales del siglo XIV y principios del XV las tierras de esta comarca se encuentra dentro del Señorío de Villena, que comprendía Chinchilla, Jorquera, Alcalá del Río y Veas. Jorquera era el núcleo de población más importante y comprendía a Abengibre, Alatoz, Casas Ibáñez, Casas de Juan Núñez, La Recueja, Valdeganga, Villavaliente y Villamalea.


La primera mitad del siglo XVII fue para Casas Ibáñez de emigración y epidemias.


Conforme se avanza en la segunda mitad se produce un aumento demográfico, con el que puede relacionarse la construcción del templo parroquial, donde estaba alojada la primitiva iglesa.
Los primeros intentos de edificación de la torre debieron hacerse allá por el 1633. Respecto a la ermita de la Virgen de la Cabeza, tenemos datos de su construcción por el año 1683 a cargo del arquitecto Juan Ruiz de Ris.


En los primeros años del siglo XIX Jorquera va perdiendo su poder sobre esta zona. Y con la creación de la provincia de Albacete, Casas Ibáñez pasa a ser cabecera de partido y se convierte en el núcleo de población de mayor peso específico de la comarca.


Durante las Guerras Carlistas, Casas Ibáñez  fue objeto de saqueos e incendios.


A partir de la Restauración, en 1875, destaca la familia Ochando. Uno de los representantes notables es D. Federico Ochando Chumillas (1848-1929), Capitán General, senador y diputado en distintas legislaturas. La familia Ochando ejerció una gran influencia en todas las tierras limítrofes, realizándose bajo su gestión importantes obras públicas.